A las 10 de la mañana del 1 de mayo de 2011 se dio comienzo a
la ceremonia de su beatificación. Su sucesor en el trono de San Pedro,
Benedicto XVI, presidió los actos en la entrada de la Basílica, con la plana
mayor de la jerarquía católica y numerosas autoridades extranjeras. "Juan
Pablo II, Papa, de ahora en adelante sea llamado beato y que se pueda celebrar
su fiesta en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, todos
los años el 22 de octubre". Con estas palabras pronunciados en latín
Benedicto elevó a los altares a su inmediato antecesor.
Dos enormes retratos de Juan XXIII y de Juan Pablo II
presidieron la ceremonia en la que fueron declarados santos el día 27 de abril
de 2014. Bajo su mirada, el papa Francisco y el papa emérito Benedicto XVI
oficiaron una histórica ceremonia a la que asistieron cientos de miles de
fieles, que cantaron y rezaron y guardaron silencio bajo una lluvia fina. La ceremonia
fue solemne pero también emotiva, que ha dejado algunos momentos para el
recuerdo. Esta ceremonia también se conoce como la ceremonia de los cuatro
papas.
El Papa fue nombrado Santo porque curó a una monja que
padecía Parkinson desde hacía tiempo.
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